viernes, 22 de febrero de 2013

Dogo Argentino

En 1946 se organizó un combate público de presentación de la raza entre «Añá», un extraordinario ejemplar de dogo argentino y un jabalí reproductor de 5 años. Fue una dura prueba para Aña, de cuya lucha salió victorioso, pues lo rindió en 40 minutos, terminando la pelea en perfecto estado físico. El combate fue filmado y despertó en los cinófilos una gran admiración por el dogo. En 1947 Agustín organizó un combate en el Club de los Españoles de Morón entre «Chino», un dogo argentino y un toro negro criollo, gran luchador. Tras un buen rato de combate, que le provocó a Chino una fractura de fémur, éste logró prenderse de la nariz del toro, el cual, en unos minutos, no pudo resistir más el dolor y se arrodilló. Chino no lo soltó. El final fue realmente una fiesta para el público español. Francisco, otro hermano de Antonio, entró en la arena y habló a Chino que soltó a su presa y le siguió cojeando.[1] Agustín fue un gran difusor de la raza, logrando finalmente su reconocimiento como tal, como lo muestra la carta enviada por el Dr. Agustín Nores Martínez a la FCA. El estándar se publicó en la revista «Diana» en 1947. El reconocimiento oficial en Argentina tuvo lugar en 1964, y el internacional en 1973. Podemos leer la carta enviada por el Dr. Agustín Nores Martínez a la Federacíon Cinológica Argentina,[2] en la cual solicita la apertura de registros genealógicos de la raza, donde hace un pormenorizado relato de la virtudes y potencial del Dogo Argentino.
En las últimas décadas el dogo argentino ha sido introducido con mucho éxito en EE. UU. y varios países de Europa. Hoy en día pueden encontrarse muy buenos criadores en distintos países del mundo y por supuesto en Argentina, cuna del dogo, que cuenta con criadores de excelencia. Actualmente es uno de los perros reglamentarios para la policía en Líbano.

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